martes, 15 de abril de 2008

El timonel del Teatro Vera

El timonel del Teatro Vera
Una inveterada tradicisn argentina nos induce a desvalorizar la complejidad
de la tarea desarrollada por nuestros prsjimos y, por ende, su valma.
?Crochet? Facilmsimo. Ese negocio se maneja de taquito. Tiene ixito como
mzsico, pero lo ayuds la suerte. Eso lo hace cualquiera, no es ningzn
mirito. Hemos logrado instalar el menosprecio y el ninguneo en lugar de
adoptar la emulacisn como estrategia de crecimiento individual y colectivo.
Buscamos explicaciones magicas, conspirativas o meramente absurdas en vez de
desentraqar las claves del ixito y la calidad para orientar nuestra propia
bzsqueda..
No existen misiones faciles ni ixito fortuito. Voy a utilizar un ejemplo
caro al sentir de los correntinos y de lamentable actualidad. Conducir un
complejo teatral es un cometido particularmente dificultoso. Implica, por
analogma, algo similar a la conduccisn orquestal. Se debe lograr la
conjuncisn armsnica de muy diferentes componentes, alinear voluntades e
intereses, interpretar exigencias de terceros que no siempre son
explicitadas claramente. Programacisn, produccisn, puesta en escena,
mantenimiento, comunicacisn, publicidad, son algunos pocos de los mzltiples
mtems abordados por quien tiene a su cargo la tarea de conducir un espacio
escinico. Como decimos en el barrio, no es chico pleito.
Josi Rammrez timonea desde hace treinta y un aqos la nave almirante de las
artes escinicas de nuestra provincia y la regisn: el Teatro Oficial Juan de
Vera. Ha sobrellevado los mas diferentes criterios (o ausencias de criterio)
administrativos y conducciones, vivido etapas de esplendor y decadencia,
manejado presupuestos importantes y padecido la ausencia absoluta de
recursos. Ha sabido formar equipos de trabajo capaces y profesionales que
triunfaron en diferentes ambitos, dentro y fuera de la provincia. Siempre
apunts a la programacisn de mayor jerarquma, aunque tantas veces las
carencias econsmicas hayan limitado su ambicisn, que es la de ofrecer al
pzblico lo mejor.
Pero, por otra parte, basta con observar los resultados tangibles. El Teatro
Vera luce esplindido e impecable. Todos los ambitos del espectaculo han
desaparecido de la ciudad y el Vera permanece incslume. Si no colegimos que
alguna relacisn guarda su conduccisn con estos asertos, seguramente
estaremos forzando viciosamente el analisis
Si te he visto
Por escrito y a travis de un funcionario administrativo, se lo ha intimado a
Josi Rammrez a acogerse a los beneficios de la jubilacisn. Sin anestesia.
Haciendo gala de la excepcional delicadeza y fina sensibilidad que
evidentemente son un sello de la gestisn, se da por concluido el periodo de
direccisn mas prolongado y coherente en la historia del teatro. Aca no hacen
falta sutilezas ni campaqas de prensa puesto que no se trata de ablandar
algzn legislador renuente ni se apunta a convencer a la esquiva opinisn
pzblica: se esta hablando apenas de la Cultura y de un funcionario que ha
dado su vida por ella. O sea, poca cosa.
En aqos de trabajo conjunto, he discrepado casi a diario con Josi Rammrez.
No compartimos una visisn ideolsgica, conceptos estiticos ni una filosofma
de la gestisn cultural. Provenimos de ambitos y formaciones dismmiles. Nada
de ello obsts para que desarrollaramos una convivencia equilibrada ni para
que se mantuviera un consistente respeto por su trayectoria. Se destrabaron
algunos intrmngulis previsionales originados en su larga carrera al servicio
del Estado y el Arquitecto Rammrez ejercis en plenitud la direccisn del
teatro en uno de sus permodos de gloria: la restauracisn integral realizada
en el aqo 2005.
Rara avis en un ambito en el cual el servicio pzblico no suele reclutar sus
cuadros entre la intelectualidad, los claustros ni la creacisn, Rammrez es
un artista de variada formacisn, con estudios de Arquitectura y Bellas Artes
pero tambiin con una larga carrera en la danza y el teatro. Su nombre esta
nimbado de prestigio y admiracisn entre sus interlocutores de tantos aqos:
los artistas de la regisn, las compaqmas nacionales, los productores que
presentan sus obras en el Vera, los profesionales que sostienen relacisn con
la institucisn. Condujo a nuestro teatro con energma, dedicacisn y una
obsesiva honestidad. Dedics meses de trabajo y salud a la obra que corona la
czpula de la sala, pero dons mntegramente sus honorarios porque consideraba
incompatible percibirlos mientras ejercma la direccisn del coliseo.
Lamentable distraccisn
Seguramente las autoridades estaban distramdas y no prestaron atencisn al
hecho de que a un funcionario de esa jerarquma y merecimientos le
corresponde algo mas que una frma nota de intimacisn. En una administracisn
sensible y humana, el marco de alejamiento de una figura como Josi Rammrez
se transforma necesariamente en un homenaje a sus quilates y trayectoria.
Ese galardsn es tambiin una seqal para todos aquellos que, como il, han
asumido el servicio pzblico con devocisn.
Se presenta tambiin una cuestisn mayor en un puesto de esa exposicisn y
compromiso comunitario: la sucesisn del Arquitecto Rammrez, sin lugar a
dudas una eleccisn compleja y delicada. Las propias virtudes y capacidades
de Rammrez indican una lista de requerimientos difmcilmente alcanzable.
De hecho, el mayor temor de los devotos y habituis del teatro es el
aterrizaje de algunas de las opacas figuras que pululan en los despachos
oficiales. Ya provocs estremecimientos el rumor que se programaba la
designacisn de un melifluo decorador de interiores, dueqo de una sslida
trayectoria de adulador y poncho yeri. Pero seguramente primara el sentido
comzn y de la sabidurma de los responsables del area surgira el nombre de
otro Josi Rammrez, dotado de analoga jerarquma intelectual y humana.
Entretanto, el Arquitecto Rammrez continuara recibiendo a diario un homenaje
sin par: el reconocido agradecimiento de sus conciudadanos a una gestisn
excepcional.
Norberto Lischinsky
Publicado el 15-4-2008 en "Epoca" de Corrientes
Norberto Lischinsky

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