miércoles, 3 de junio de 2009

En julio, se repone MINETTI, con Juan Carlos Gené

EN JULIO, SE REPONE MINETTI, CON JUAN CARLOS GENÉ

Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral

Desde 1975 al servicio del teatro argentino y latinoamericano


Reposición: 3 de julio

Juan Carlos Gené en

Minetti

De Thomas Bernhard

Con Maia Francia

Escenografía y vestuario: Carlos Di Pasquo

Música: Osvaldo Aguilar

Asistente: Juan Lepore

Dirección: Carlos Ianni

UNA SÓLIDA Y SINGULAR VERSIÓN. Thomas Bernhard propone en "Minetti" una experiencia muy singular. Parte de la historia de un viejo actor que, en escena, reflexiona sobre cuestiones del teatro, los clásicos, los personajes; espera a un director teatral que le ha dado esa cita para concretar su vuelta al teatro, después de 30 años, y para representar "Rey Lear", pero el director nunca llega. ¿Qué es lo singular? El procedimiento de una trama que se construye entre unas verdades que no son tales y unas mentiras que, en verdad, son muy sabrosas y que posibilitan al espectador ingresar a un mundo fantástico muy atractivo. En primer lugar, el del autor, que puesto a fantasear desde un personaje real nos hace jugar con nuestro pensamiento, manejando él los límites; y un personaje, ya mayor, cuyas angustias son muchas pero que, en esta puesta, se torna profundamente entrañable aunque aparezca decadente, parlanchín al extremo y expuesto en sus más íntimas miserias. En un espacio despojado, Minetti (Juan Carlos Gené) y la Señora (Maia Francia) se descubren de continuo y a través de un vínculo que, a medida que se fortalece, los va desnudando con profunda sinceridad. Y tanta que, a veces, salen del texto de Bernhard para reflexionar sobre ese mundo de actores del que participan, al que de inmediato volverán a ingresar -máscara de por medio- para retomar la delirante situación que los ocupa. Ambos se destacan mucho. Ella es dueña de una sensualidad particular que explora a fondo y construye una imagen muy segura y verdadera que intriga en todo momento. El, como un gran mago, saca de una enorme galera múltiples recursos: los expone, los explota y los guarda para una próxima vez, con la seguridad de que ha dejado al público conmovido. La interpretación de Gené está cargada de sabiduría y pasión. Su Minetti es entrañable y su manera de trasmitir el texto, de una gran musicalidad. La muy meticulosa y precisa dirección de Carlos Ianni no hace más que aportar una lograda síntesis de este material que juega con verdades y sabrosas mentiras, para hablar del teatro. Carlos Pacheco. Diario La Nación

LOS LÍMITES DE LA ACTUACIÓN. El espectáculo teje una materialidad escénica cuyo lenguaje sumerge al espectador en un juego de espejos donde el actor y su eco se reformulan constantemente durante la puesta en escena. Los actores entran y salen del texto de Bernhard según la circunstancia del delirio poético que ambos despliegan en un hotel costeño de Bélgica. Un humor ácido, corrosivo, merodea sus reflexiones. Gené, en escena, individualiza lo inasible de un texto complejo. Con ochenta años, crea su propio inventario sobre el que desliza las palabras de Minetti. Y asistir a esa experiencia es, por sí mismo, un acontecimiento de verdad que se liga al desarrollo de un oficio. "Me bastaría con una sola representación; eso sí, con los mejores actores", dijo Bernhard acerca del estreno de sus obras. Y cerca de esta apreciación, trabaja la versión que se presenta en el CELCIT. Juan José Santillán. Diario Clarín

EL HOMBRE QUE PERDIÓ SU SOMBRA. Lo "normal", cotidiano, se trastorna con irresistibles tensiones en el dramaturgo Thomas Bernhard. Su "Minetti" regresa a nosotros en una nueva lectura personal. La reflexión, algo autoconfesional, sobre la banalidad de los propósitos del hombre y del teatro se condensa en la adaptación de Juan Carlos Gené a su línea central: la triple, indecisa impostura del hombre, el actor y el personaje frente a su improbable trascendencia. El resto de los personajes son aquí solo una mujer que espera y no espera, escucha y no oye, varada en el mismo lobby de un hotel. Carlos Ianni transcribe con sensible austeridad ese desolador soliloquio reflexivo, que agoniza en Gené; acaso la más lograda, honda creación de su dilatada carrera, que roza casi aquella "santidad actoral" que buscaba Grotowski. Luis Mazas, Revista Veintitrés

EL ACTOR Y SU CIRCUNSTANCIA. Sigo creyendo que lo vital del teatro, y lo que todavía atrae a la gente a los escenarios, es el actor. "La simbiosis entre un gran actor y un gran texto es una cosa impresionante, decía hace un tiempo en una entrevista Juan Carlos Gené y, aunque no hablaba de sí mismo, la aseveración se cumple puntualmente en las representaciones de "Minetti". El texto alude precisamente a la condición del actor, en una visión múltiple que abarca tanto lo racional como lo irracional de una profesión tan ligada con la subjetividad del creador, a sus más íntimas oscilaciones, a sus comportamientos neuróticos que, a la vez, entrañan una de las posibilidades de comunicación más profundas. Una paradoja milenaria que hace persistir el hecho teatral en medio de la avalancha tecnológica actual. La sutileza del clima creado es mérito de la dirección de Carlos Ianni, rigurosa en los detalles y elocuente en las imágenes de los dos seres desamparados y de los fantasmas que los acosan. La uruguaya Maia Francia se revela como una actriz sensible, que aporta diversos matices para comprender esa enigmática mujer de amor desencontrado. Y Juan Carlos Gené vuelve a prodigar una actuación antológica, aunque esta tenga un plus diferencial. Por empezar, su edad (tiene 80 años, nación el 5 de noviembre de 1928) es un punto de contacto con el personaje, pero él elude las facilidades del psicologismo: "Si uno intenta comprender el delirio, es imposible -dijo a propósito de este trabajo-. Tanto como comprender la gran metáfora poética. En la mente de un delirio poético hay algo a lo que se accede por pura intuición, sin pensar demasiado en lo que se quiere significar". La ambigüedad esencial del personaje es proyectada por el actor mediante una compleja trama de gestos y palabras y un desplazamiento que llena de sentido el escenario semicircular del CELCIT. José Moset, Diario Acción

UN POÉTICO JUEGO DE MÁSCARAS. ...Una intensa relación, donde por momentos Minetti parece alucinar todo lo que está sucediendo, y la mujer adquiere una enorme carga simbólica. Algunos signos oníricos generan una dimensión distinta, donde se mezclan lo real y lo imaginario y se generan varias preguntas, como por ejemplo si es o no un sueño, el teatro. Los actores, al mismo tiempo juegan a entrar y salir de sus papeles, cuestionando la historia, para luego retomarla con la energía de sus personajes. El estar en escena de Gené, y los climas que genera, son impecables, realmente una clase de actuación. El trabajo de Maia Francia también es muy bueno, logra sostener durante toda la obra un interesante personaje con una sutil cuota de misterio y seducción. La dirección de Carlos Ianni es muy precisa, con mínimos recursos logra una impecable puesta. Todo está en el trabajo de los actores y su imaginario, un juego de espejos donde el teatro se refleja a si mismo a través de un actor, y donde todos nos sentimos reflejados a través de los sueños. Eva Matarazzo. www.castingportena.com.ar

MINETTI. Un viejo actor, alguna vez admirado, famoso, pero hoy olvidado, aferrándose a un regreso triunfal que nunca llega. Un largo discurso, vehemente, rencoroso, senil, sobre el teatro, la representación, el actor. Un decrépito hotel que alguna vez fue majestuoso y una joven que escucha, a veces apenas entretenida, otras conmovida, y observa. Por un breve momento se interrumpe la representación, y nos enfrentamos a los actores reflexionando sobre la obra, poniendo en evidencia esa transformación, ese artificio que implica el teatro (falsedad que como público nos tragamos sin pensar). Y luego volvemos a Minetti, al hotel. Una buena obra interpretada por un excelente actor. Una verdadera clase magistral de actuación, de esas que da placer ver y que se aplauden de pie. Nada menos. Recomendable. Martín Pérez Rivas. http://resenasdecineyvida.blogspot.com/

MINETTI. Un trabajo exquisito de actuación, un texto muy especial, una suerte de laberinto de espejos que cruza máscaras de un encuentro imposible entre el pintor belga James Ensor y Minetti, curiosamente el autor fetiche de Bernhard. El texto es poético, precioso, un estilete. El trabajo de Juan Carlos Gené, bajo la dirección de Carlos Ianni, un bordado perfecto. LND. Diario La Nación (Chile)

Reposición: 3 de julio. Viernes y sábados 22 hs.

Entrada: $ 60. Estudiantes y jubilados: $ 40.

CELCIT. Moreno 431. Reservas al 4342-1026

Este espectáculo cuenta con el apoyo de Proteatro

Más información en www.celcit.org.ar


Las actividades del CELCIT han sido declaradas de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires


INFORMACIÓN DE PRENSA N° 142

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