domingo, 21 de marzo de 2010

RV: Baradero II.Una nota que aporta datos para los porqués.Sobre todola parte titulada "SIN PODER" en negrita.

BARADERO II. UNA NOTA QUE APORTA DATOS PARA LOS PORQUÉS. SOBRE TODOLA PARTE TITULADA "SIN PODER" EN NEGRITA.

 

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Lunes, 22 de Marzo de 2010

 

 

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Baradero: De la política de "mano dura" contra los motociclistas a la tragedia

Hugo Portugal, padre de Miguel, llora la muerte de su hijo y de Giuliana, hecho que derivó en una puebleda que mantiene en jaque al municipio. (Gentileza, Baradero Hoy)

Actualizado el: 21/03/2010 - Nacionales

La ciudad tiene 33 mil habitantes y 10 mil motos. El irrespeto de las normas de tránsito fue atacado a cara de perro por el intendente K, que -denuncian- puso un "cowboy" al frente de Vialidad. La muerte de dos chicos provocó furia y fuego. 

“¿Y, Carossi? ¿Como te fue con la mano dura?”. Ese mensaje recibió en su celular el intendente de Baradero, de parte de un periodista local, cuando la pueblada piromaníaca que se levantó en su ciudad por la muerte de dos adolescentes se transformó en llamas que destruyeron la Municipalidad y, luego, otros edificios públicos. El mensaje, también, ayuda a graficar el fracaso de un modelo de gestión que intentó controlar el caos de las motos y acabó en tragedia.

Baradero es un pueblo con unos 33 mil habitantes y 10 mil motos. Cerca de una motocicleta por cada tres personas. La moto es el medio de transporte predilecto de los vecinos de esa ciudad bonaerense. El incumplimiento de las disposiciones y reglamentaciones trae serias dificultades al tránsito y más de un disgusto. “Manejar acá es como cruzar Callao y Corrientes con los ojos cerrados”, aseguró a Crítica de la Argentina un vecino que conoce el trajín porteño.

El intendente Aldo Carossi, que pertenece al Frente para la Victoria, decidió enfrentar esa problemática a cara de perro. Puso a un polémico pero fiel funcionario, Pablo Scarfoni, al frente de un cuerpo de inspectores, a quienes les brindó su más absoluto respaldo a cambio de un trabajo complicado: salir a buscar -y encontrar- motos en infracción como expertos cazadores.

Según explicaron fuentes de Baradero a este medio, “los inspectores tenían la orden, aunque no eran policías ni fuerza de seguridad, de perseguir a aquellos que evadieran un control policial”. Eso llevó a que, al día de hoy, haya más de dos mil motos secuestradas, estiman desde la ciudad.

EL COWBOY. El Director de Inspección General de Baradero, Scarfoni, llegó para hacer una tarea difícil y que pocos amigos le iba a ganar entre los baraderenses. Pero a eso le sumó una personalidad explosiva –“se cree que es un cowboy”, comentó un cronista de Baradero a Crítica de la Argentina-, que derivó en varios cruces –incluso a las trompadas- con vecinos y empleados y en varias renuncias en su cuerpo de inspectores. Pero el intendente lo respaldó siempre.

"Es soberbio e intolerante aunque su trabajo derivó en que muchas cosas se regularizaran", se confesó un ex funcionario comunal. "Aunque después empezaron a aparecer cosas raras -siguió-, como multas con 7 u 8 meses de antigüedad con infracciones indemostrables, sin firma, sin foto, sin nada". Esa presión con las motos recayó en los más jóvenes. "Los chicos lo demonizaron", comentó la fuente.

Entre los inspectores que dejaron su trabajo estaba, paradójicamente, Hugo Portugal, padre de Miguel, el chico de 17 años que perdió la vida esta mañana luego que la moto en la que venía con su amiga Luciana Giménez, de 16, fuese embestida por una Ford F100 de los inspectores locales. 

El padre de la chica fue uno de los que se hartó de los modos de Scarfoni. "Yo estuve hace tres años de inspector y me retiré porque él (por el director de Tránsito) nos decía que corramos a los chicos y los paremos como sea", afirmó. "Para levantarles una infracción nos hacía arriesgar la vida de los chicos", indicó el hombre. Y sostuvo: "Yo no sé la legalidad de todo esto". "Por ejemplo, nos decían que si una moto venía haciendo ruido, la encerráramos en la camioneta"

Hugo es empleado municipal. Pasó por al área de tránsito pero fue ubicado en otras tareas por una hernia que lo limitó físicamente. 

De los inspectores se sabe poco. Jorge Micussi, quien conducía la camioneta, “era epiléptico y no estaba apto para manejar”, contó un vecino a TN. La mujer, Luciana Romero, tenía pocos meses en su trabajo aunque la señalan como la próxima jefa de tránsito de la ciudad. Su labor era secuestrar motos en infracción. De cualquier modo.

Miguel y Giuliana eran muy amigos. El solía alcanzarla hasta su casa cuando volvían de madrugada luego de una noche de diversión, como las que tiene cualquier adolescente. "Los chicos era dos personas muy buenas. Iban juntos a la escuela y (Miguel) la llevaba siempre a mi casa. Tenían una relación muy buena", contó esta tarde Roxana, madre de la adolescente muerta, en declaraciones televisivas.

La madre de Miguel confirmó el caos de tránsito en Baradero: "Siempre hubo problemas con el tema de los chicos, las motos y los cascos".

UN DÍA DE FURIA. El camino que siguió el fuego con el que los habitantes de Baradero manifestaron su bronca contra las autoridades no fue premeditado, pero tampoco casual. Responde a una cadena de responsabilidades y a un modus operandi que el pueblo ya estaba harto de soportar en silencio.

Arrancaron incendiando la camioneta que chocó la moto de los chicos; siguieron por la Municipalidad y de ahí fueron a oficinas del Registro Civil, aunque con una dato importante: allí no se casaba nadie, sino que en ese lugar se ubicaba la oficina de inspección. 

Siguieron por el Juzgado de Faltas, parte del Concejo Deliberante y terminaron en la casa del padre de Scarfoni. “Seguramente no sabían donde vivían y se desquitaron con un pobre hombre”, dijo un periodista local a Crítica intentando explicar lo inexplicable. “Le tiraron una cubierta encendida adentro de la casa”, contó.

El raid incluyó la rotura de los vidrios de la radio FM Tiempo, una emisora ultra oficialista propiedad de César Abel Scollio, un ex sargento del Ejército acusado por los organismos de Derechos Humanos de haber participado de la represión ilegal durante la última dictadura militar. Por eso, tras esto, el intendente salió a hablar de un ataque a la libertad de prensa. Pero los manifestantes, en su gira, pasaron por la puerta de otra radio donde no arrojaron ni una piedra. El ataque Scollio fue un mensaje de repudio directo y claro.

SIN PODER. Carossi es un intendente carente de poder y en la cuerda floja. En la última elección legislativa salió tercero, con el 25 por ciento de los votos, y en el Concejo Deliberante sólo 3 de los 14 concejales le responden. En 2007 fue electo con el 28 por ciento; venció a la Coalición Cívica por apenas 300 votos. 

Había llegado a la intendencia dos años antes, cuando tuvo que reemplazar a Ricardo Montesanti, quien fue electo diputado provincial -actualmente sigue en la Legislatura provincial, reelecto en 2009-. Hoy, ambos dirigentes están enfrentados.

Carossi no ordenó reprimir la pueblada porque tenía feos recuerdos: el año pasado, ante un reclamo de empleados municipales, mandó a Gendarmería a apagar la demanda y hubo violentos cruces con los manifestantes.

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