sábado, 18 de abril de 2009

Acuse de recibo Carta Lírica año 14 nº33

ACUSE DE RECIBO CARTA LÍRICA AÑO 14 Nº33

Ya en la Carta Lírica Digital transmitida por Internet con fecha 10 de enero pasado, además del soneto laudatorio dedicado merecidamente al Prof. Gerardo Piña-Rosales por su designación como Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, tuviste, amigo Francisco, la enorme bondad de incluir dos sentidas composiciones en memoria de mi amadísima esposa Eliana: de tu cosecha, el inspirado soneto “Mi recuerdo a Eliana y mi pesar a Roberto”; y de Manuel Mejía Sanchez-Cambronero,.la espinela “Eliana se ha ido, pero queda su latido – In Memoriam”.

El soneto es una forma de difícil consecución en el arte poética; más todavía, si se une un cuarteto con un serventesio, y se utiliza la rima CCD para los dos tercetos (habiendo primado desde Garcilaso al Modernismo el empleo en los tercetos de las rimas CDE:CDE, CDE:DCE, CDC:DCD).

Pero tus composiciones en esta métrica clásica (con el verso endecasílabo) salen vibrantemente airosas, logrando exponer con nitidez y a la vez expresiva parquedad las ideas y los sentimientos que brotan de la sensibilidad del poeta, logrando conjugar forma y contenido. Aunque sé que alcanzas con la misma galanura la esplendidez estética y técnicamente más difícil del sonetillo (con su métrica octosilábica), como ya se vio en Cubaneando en Cien Sonetillos.

La reproducción en colores de la fotografía de Eliana (creo recordar que en un restaurante de Miami, cuando hicimos una breve visita ahí en el año 2001 y fuimos regiamente recibidos y agasajados por ti en tu domicilio) ha sido una gentil añadidura en el recuerdo que le dedicas en la hoja liminar de la edición en papel del nº33 de Carta Lírica.

Carta Lírica, como siempre, dedica amplio espacio de cada número a reproducir composiciones de consagrados orfebres del verso tanto intimista o nostálgico (Jesús Alvarez Pedraza) como de tema social (el Indio Naborí y Miguel González), aunque siempre da a conocer a otros autores latinoamericanos, cultivadores cuidadosos del verso en español, como la chilena Carmen Garbarino y la española Cristina Lacasa.

La animación cultural, el cuidado por mantenerse apegado a las raíces, la devoción a la Literatura común hispanoamericana, la indignación ante la maldad, y la piedad hacia los débiles son las premisas que conducen al autor dotado de una mínima conciencia social a ponerse al lado de quienes padecen injusticias y enfrente de quienes las causan, siempre procurando que sea la razón ética la que guíe, y dé forma, sentido y dirección a la búsqueda de un mundo mejor, distinguiendo en ese camino entre los hombres de bien y los falsos profetas (como los desacreditados epígonos del “Hombre Nuevo” del imaginario héroe rosareño, exterminador vocacional y muerto en La Higuera, Bolivia el 9 de octubre de 1967).

El rechazo y la condena por parte del hombre de letras -figura influyente por el conocimiento que de él tienen todas las clases sociales- hacia todas las manifestaciones de la opresión deben estar dirigidas, por lo tanto, a todos los regímenes incursos en esas malas prácticas, sin olvidar que los extremos se tocan, que tan condenable es el sátrapa criollo de los variopintos caudillismos que florecieron y se instalaron en el poder a partir de las Revoluciones de Independencia en los antiguos Virreinatos, y que siguieron en el ilegítimo uso del Poder durante todo el siglo XX, como condenables son los patéticos pero eficaces represores y aplicados tiranuelos que toman el hábito de justicieros de arrabal, y que han venido tomando por asalto y con vocación de perpetuidad no ya Gobiernos sino a Estados enteros de nuestra América.

En mi magín no encuentran sitio ni justificación ni Pinochet ni el novelesco Tirano Banderas, ni Perón ni Pérez Jiménez, ni Batista ni Duvalier, ni "Chapitas" Trujillo ni el décimonónico paraguayo Gaspar José Rodríguez de Francia, ni Stroessner ni los Somoza padre e hijo, pero tampoco ni los Castro Ruz, ni ese zafio pero astuto nicaragüense Ortega, ni el otro tosco y grosero de Chávez, ni el ecuatoriano Ortega o el boliviano Evo Morales -que "vende" un indigenismo de pacotilla basado en la exaltación del cultivo de la coca, con la mala idea, con toda seguridad, de terminar cediendo el país al sovietismo que se va reconstituyendo con Putin en Rusia para ejercer de portaaviones geográfico desde donde expandir con mayor facilidad las deletéreas ideas del comunismo a los demás países del Cono Sur.

Una vez más, recibe, amigo Francisco, el emocionado reconocimiento por el recuerdo dedicado a Eliana y a su obra, junto con un sincero abrazo, de

-Roberto Soto

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