martes, 4 de mayo de 2010

La música, después de casi 90 años, vuelve a sonar en la Casa Fernández Blanco

LA MÚSICA, DESPUÉS DE CASI 90 AÑOS, VUELVE A SONAR EN LA CASA FERNÁNDEZ BLANCO

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La música, después de casi 90 años, vuelve a sonar en la Casa Fernández Blanco

El Museo Fernández Blanco inauguró un nuevo espacio para la Música de Cámara en su recuperada sede de la Casa Fernández Blanco, sumando otra opción de encuentro con la buena música a la agenda cultural de los porteños. El ciclo lleva el nombre del musicólogo argentino Hernán Vigo Suarez, uno de los más importantes coleccionistas de instrumentos y máquinas musicales de los siglos XIX y XX. Curiosamente, Isaac Fernández Blanco, dueño original de la casa que cobijará estos conciertos, también fue un apasionado melómano.

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La tarde del pasado sábado 24 de abril se realizó el primer concierto en la Casa Fernández Blanco dando inicio al ciclo de música de cámara “Hernán Vigo Suárez”. La ocasión fue acompañada y ovacionada por un numeroso público en el salón principal de la recuperada casona de la calle Hipólito Yrigoyen 1420.

La Gala Lírica de óperas y zarzuelas que inauguró el espacio fue dirigida por Julia Inés Manzitti e interpretada por la soprano Flavia Memmo, la mezzosoprano Guadalupe Maiorino, los tenores Pablo Gaeta y Norberto Lara, y los barítonos Roberto Falcone y Esteban Miotto.

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Este acontecimiento, se constituyó en un verdadero homenaje a dos personajes de distintas épocas que hoy pueden ser reconocidos y recordados por una pasión en común a la que le dedicaron gran parte de su vida: el amor por la música.

Uno de ellos es Isaac Fernández Blanco. El artífice del nacimiento del Museo Fernández Blanco era un gran conocedor de la música clásica, violinista aficionado y exquisito coleccionista de instrumentos de cuerda. En las primeras décadas del siglo XX, antes de legar su casa -ya convertida en museo- a la Ciudad de Buenos Aires, solía organizar tertulias musicales en uno de sus salones, enseñaba gratuitamente violín y recibía jóvenes músicos y cantantes líricos de todo el país, a quienes en muchos casos ayudaba a desarrollar sus carreras musicales a través de becas de estudio.

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El otro es Hernán Vigo Suárez, musicólogo argentino y uno de los más importantes coleccionistas de instrumentos y máquinas musicales de los siglos XIX y XX. Gracias a la generosidad de su padre, Constantino Vigo Suárez, la Casa Fernández Blanco cuenta con el piano Steinway de 1904 que posibilitó la organización de este nuevo ciclo de música de cámara.

Este legado más reciente, convierte al Museo Fernández Blanco nuevamente en heredero de una gran pasión melómana, y lo compromete a seguir profundizando la reconocida labor de producción musical que viene desarrollando desde hace años en el Palacio Noel.

La cita será ahora también, en la recuperada sede de la Casa Fernández Blanco, que de alguna manera revive a través de esta propuesta cultural, la obsesión musical de su dueño originario.

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Isaac Fernández Blanco

En los orígenes de un Museo siempre hay un coleccionista. En el caso del Museo Fernández Blanco, el primero fue Don Isaac Fernández Blanco. Significativamente, su vocación nació de su amor por la música, durante su larga estadía europea a finales del siglo XIX. Gran conocedor y violinista aficionado, reunió una importante cantidad de instrumentos musicales, principalmente de cuerdas, que hoy pertenecen al acervo de la institución.

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Sala de Música del Museo Fernández Blanco (1921/1922 aprox.) En la vitrina se exhibían los principales violines de la colección reunida por Fernández Blanco.

Cuando en 1901 retorna definitivamente a Buenos Aires, continúa acrecentando este patrimonio, abre su casa particular al público para mostrar sus colecciones, y la convierte en uno de los primeros museos privados de la Argentina. Muy pronto se constituye en un espacio frecuentemente visitado por personalidades importantes de los ámbitos culturales y políticos del primer cuarto del siglo XX.

Finalmente, el 24 de mayo de 1922, ofrece a su ciudad natal el fruto de 22 años de entusiasmo, donando en un acto de generosidad y de grandeza, todas sus colecciones privadas con el fin de que el público local y extranjero, pueda “apreciar las modalidades y costumbres de nuestra nacionalidad desde sus comienzos”, tal como consta en el acta de donación.

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24 de mayo de 1922. Acto de Inauguración del Museo Isaac Fernández Blanco. En la foto, entre otros: El intendente municipal Juan Barnetche y el presidente de la Nacion Hipólito Yrigoyen junto a Isaac Fernández Blanco.

De esta manera confía su sueño personal al Estado, con el fin de convertirlo en patrimonio público, y con el deseo de que el mismo sea apropiadamente resguardado, investigado y difundido. En ese mismo acto queda asentada su voluntad de que la casa, que fuera adquirida por la Ciudad de Buenos Aires en esa misma oportunidad, sea utilizada sin desvirtuar estos fines.

Fachada Museo Fernández Blanco

(1922) Archivo Museo Isaac Fernández Blanco

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Fachada Casa Fernández Blanco

(Noviembre 2009) Archivo Museo Isaac Fernández Blancofoto

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Hernán Vigo Suárez

El nuevo Ciclo Musical lleva el nombre del musicólogo argentino Hernán Vigo Suarez, uno de los más importantes coleccionistas de instrumentos y máquinas musicales de los siglos XIX y XX.

Hernán Vigo Suárez cursó estudios de musicología en la Facultad de Ciencias Musicales de la Universidad Católica, y desarrolló una intensa actividad en esa disciplina, colaborando con el Instituto de Musicología del Ministerio de Educación por medio de trabajos, conferencias y exposiciones de instrumentos, discos, cilindros y materiales afines, en todos sus periódicas jornadas musicales.

Colaboró con publicaciones afines en el país y en el extranjero, entre ellas “The Record Collector”, la más destacada en la investigación musicológica a nivel mundial. Con su editor Larry Lustig, mantuvo contacto e intercambio permanente, habiéndolo recibido en su estadía en Inglaterra, como un especial huésped, y alojándolo en su propia residencia.

También se relacionó con otros destacados investigadores del arte lírico y discográfico como John Bolig y John Freestone aportándoles valiosa información para sus trabajos en libros y colaboraciones en la revista “Gramophone”.

En el ámbito nacional tuvo estrecho contacto con el más destacado investigador y conocedor de la musicología como es el Sr. Rudy Sazunic.

Musicógrafo e incansable investigador atesoró un conjunto, excepcional y casi único en el país de grabaciones (cilindros primitivos, discos, rollos de pianola, etc.) y de instrumentos musicales, desde el primer aparato en el que Edison grabó por primera vez la voz humana hasta un conjunto de gramófonos, arpas, órganos, pianolas, pianos y claves.

En sus pocos momentos libres se distendía ejecutando al piano pequeñas composiciones personales. También estudió con el destacado director Scalabrino, habiendo dirigido en muchas oportunidades conjuntos musicales y pequeñas orquestas. El increíble dinamismo y actividad de Hernán estuvo impulsado por su amor a la música y a su historia y desarrollo.

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