jueves, 1 de mayo de 2008

Levantando el telón otra vez

LEVANTANDO EL TELÓN OTRA VEZ

Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral

Desde 1975 al servicio del teatro argentino y latinoamericano


Levantando el telón otra vez

Una nueva sede y el estreno de cuatro obras celebran más de 30 años de labor del CELCIT y prueban el triunfo de la perseverancia sobre el impedimento.

Que una sala teatral se inaugure con cuatro estrenos simultáneos ya es una singularidad. Que se trate de la nueva sede que el CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral) puso a funcionar desde el viernes 18 en Moreno 431, a poco más de un año de haber tenido que desalojar el espacio que ocupaba y tras haber movilizado la adhesión, vía Internet, de la comunidad teatral local e internacional, lleva a pensar en una obstinación por lo menos curiosa. Y que el programa incluya el estreno de dos obras de Juan Carlos Gené ("Factor H: Williams Hnos. S.A." y "Factor H: Moscú") y otras dos dirigidas por Carlos Ianni ("Los ojos abiertos de ella" y "Las mujeres entre los hielos") califica más y mejor este triunfo de la terquedad sobre el impedimento.

El CELCIT-Argentina ocupaba desde 1993 la planta baja de Bolívar al 800 hasta que, el año pasado, su dueño -y responsable de la filial española del CELCIT- el director Luis Molina Lòpez, se vio obligado a vender esa propiedad para responder al endeudamiento generado por otra catástrofe y renacimiento teatral, pero del otro lado del océano.

La sala La Veleta, que el CELCIT-España tenía en la ciudad de Almagro, se había incendiado en 2005. También allá, las cadenas de correos electrónicos movilizaron voluntades. Pero no alcanzó. La sensibilidad no es virtud de las obligaciones bancarias, ni acá ni allá. Igual, ambos teatros volvieron a abrir sus puertas. Allá y acá.

En la tradición subterránea de cierta bohemia no exclusivamente porteña, la sede que acaba de inaugurarse "creció hacia abajo", convirtiendo las dos plantas del sótano de un edificio de principios del siglo XX en un teatro para ciento doce espectadores, con una sala de ensayos, camarines, aulas, oficinas y una galería de exposiciones.

Gené, que preside el organismo desde su fundación, atribuye al director, Carlos Ianni, el mérito de haber transformado en tan poco tiempo una situación crítica en un resurgimiento. "Manejó maravillosamente la comunicación electrónica a toda la comunidad teatral acerca del desamparo en que quedaba el CELCIT, consiguió millares de adhesiones locales e internacionales y hasta logró interesar al entonces presidente Kirchner, a través de Lito Cruz", dice el autor de "El sueño y la vigilia".

A punto de cumplir 80, el actor, dramaturgo y director de "Todo verde y un árbol lila" (que acaba de bajar de cartel en el Teatro Nacional Cervantes) no ha desplegado menos energía. Su aporte de dos nuevas obras en la nueva sala del barrio de Montserrat es solo un anticipo de su trilogía "Factor H", que se completará con el próximo estreno de "La mano en la ceniza", título que promete cerrar un ciclo basado en el complejo lazo entre hermanos.

"Esa será -aclara Juan Carlos Gené- la única de las tres obras escritas íntegramente por mí. Allí intentaré cerrar lo que se plantea en las dos primeras, de las cuales soy sólo responsable de la dramaturgia, ya que en ellas se mezclan aportes personales de los actores con fragmentos de piezas de Tennesssee Williams y Antón Chéjov.

- ¿Qué lo llevó a elegir como tema el vínculo fraterno?

- No fue una elección mía sino que surgió del grupo de actores con el que vengo trabajando desde hace tiempo. En los talleres de entrenamiento ellos propusieron textos de Tennessee Williams y Chéjov, así como improvisaciones propias que, coincidentemente, abordaban la relación entre hermanos. Fueron apareciendo las contradicciones y los múltiples sentidos de esa trama de amor-odio que atraviesa el vínculo, ya desde el relato bíblico de Caín y Abel. La experiencia consistió en articular teatralmente ese eje temático con la palabra y el impulso corporal de los actores.

Más allá de lo azaroso del origen temático de "Factor H" y de la imprevisible secuencia desalojo-reapertura del teatro, cierta idea de lo fraterno -con sus solidaridades, desencuentros, rivalidades y confusiones- parece enhebrar ficción y realidad. De hecho, el objetivo central del organismo tiene que ver algo también con la hermandad, en este caso iberoamericana.

Nació hace más de 30 años en Venezuela, con el propósito de facilitar, a través del intercambio teatral entre América Latina, España y Portugal, una manera de reconocerse en un tronco identitario común. Eran tiempos de dictaduras y el teatro viabilizaba la comunicación.

Esa línea se advierte en el diseño de la programación 2008, que arranca ahora con las mencionadas obras de Gené y con las puestas de Carlos Ianni de "Los ojos abiertos de ella", de la uruguaya Raquel Diana, y de "Las mujeres entre los hielos", de Agustina Muñoz (Premio 2006 del Instituto Nacional del Teatro).

En junio llegará el 5º Festival de Títeres para Adultos y, para la segunda mitad de año están previstos tres nuevos estrenos locales y las visitas internacionales del español José Sanchis Sinisterra con "Carta de La Maga a Bebé Rocamadour" de Cortázar; de los venezolanos Gustavo Ott y Juan Carlos De Petre con "Passport" y "ConTemplo" respectivamente, y del chileno Carlos Genovese con "Valparaíso no existe".

Afirmación que no alude por cierto al Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral ni al teatro latinoamericano.

Olga Cosentino. Revista de Cultura Ñ. Clarín. 26 de abril de 2008


INFORMACIÓN DE PRENSA N° 077

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