Dos diarios nacionales han tomado la iniciativa de consultarnos acerca de los miles de inmigrantes. Diario Popular publicó en tapa sobre el reclutamiento de inmigrantes y ayer el diario Crítica habló de los 500 mil esclavizados en este país. Pasamos a reproducir los dos artículos.
Denuncia de la ONG la alameda
“Hay 500 mil inmigrantes esclavos”
La mayoría trabaja para grandes marcas. Sólo en la ciudad de Buenos Aires existen 3.000 talleres clandestinos. Gustavo Vera, presidente de la cooperativa agredido hace diez días, pidió que la Justicia le brinde protección que “no sea de la Policía Federal”.
Clausura. Los encargados de traficar mano de obra toman gente en Bolivia, los endeudan para viajar y les imponen el trabajo.
“En la Argentina hay más de 500 mil personas en situación de servidumbre y sólo en la ciudad de Buenos Aires existen 3.000 talleres clandestinos que diariamente explotan a unas 40.000 personas bajo un inédito régimen de esclavitud, el problema es que con el empeoramiento de la crisis cada vez hay más víctimas de tráfico de personas y los dueños de los talleres quieren que dejemos de denunciar. Y no se trata de talleres pequeños, la mayoría trabaja para grandes marcas”, explicó Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa La Alameda, la ONG dedicada al combate del trabajo esclavo. Ayer, Vera pidió a la Justicia que los custodie y proteja una fuerza que “no sea la Policía Federal”. Para los integrantes de esta organización, el 10 de julio “la comisaría 40 de Parque Avellaneda consintió el ataque contra nuestra sede ubicada en Lacarra y Directorio”. Ese día, más de 50 talleristas atacaron de noche a Vera y a otros cuatro integrantes de la cooperativa luego de que denunciaran la existencia de otro nuevo taller clandestino en ese barrio, considerado uno de los territorios porteños con mayor proliferación de talleres clandestinos junto a Flores. El juez que deberá definir una custodia alternativa a la Policía Federal instruye la mayor investigación judicial contra decenas de marcas de ropa y centenares de talleres textiles por trabajo esclavo.
La ONG sufre ataques y amenazas en su contra desde hace años, pero la última agresión contra Vera despertó la preocupación de la Defensoría del Pueblo, que en los próximos días ampliará la denuncia por coimas contra la Comisaría 40 y presentará 17 testigos que explicarán ante los estrados federales “cómo sucedió el ataque y de qué manera el subcomisario Fabián López de esa seccional no hizo nada ante la golpiza colectiva”.
El incremento de talleres clandestinos es un proceso que no ha frenado su crecimiento en los últimos años, a pesar de la cantidad de denuncias por trabajo esclavo. Pero desde que La Alameda inauguró a principios de julio el Centro Demostrativo de Indumentaria (CDI) en el barrio de Barracas, la molestia de los talleristas se transformó en una golpiza. Las nuevas instalaciones están destinadas a cooperativas de costureros rescatados de talleres clandestinos. El emprendimiento fue subestimado durante años por la industria textil, pero su concreción bajo administración del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) permitirá conocer cuáles son los costos verdaderos de la cadena de valor de la industria textil, sindicada como la actividad que más personas explota en condiciones miserables. Con los datos que surjan de la producción del CDI, las administraciones nacionales y de la Ciudad contarán con poderosos datos para controlar mejor a los talleristas.
Para Vera, la mayor cantidad de denuncias incrementó las clausuras, algo que “le está quitando muchos ingresos ilegales que la Policía Federal recauda a cambio de evitar clausuras y de no aplicar la ley contra el trabajo esclavo y la ley de migraciones”. Amparado en los últimos datos de la Organización Internacional de Migraciones, que habla de 500 mil personas en situación de servidumbre, Vera explicó que “la mayoría de las personas explotadas provienen de Bolivia y las traen luego de publicar avisos que proponen trabajo y casa con buen sueldo, les pagan el pasaje y cuando llegan a la ciudad, lo hacen con toda la familia y sin un peso encima”. Para este maestro, que tiene toda la cabeza suturada por los golpes del 10 de julio, “esa técnica es conocida como situación de servidumbre por deuda”. Esta técnica funciona así: los encargados de traficar mano de obra barata para los talleres en Buenos Aires captan a las personas en Bolivia, los endeudan para viajar y luego les imponen las condiciones de trabajo, “es decir que cuando llegan a esta ciudad junto a su familia, quedan a merced de lo que les diga el patrón, algo que comienza con un pago miserable por prenda, sigue con jornadas que superan las 15 horas diarias de trabajo y termina con toda la familia esclavizada, incluso los menores”, apuntó Vera.
Los abogados de La Alameda ya pidieron investigar a las comisarías 4, 16 y 42 por brindar protección a una red de prostitución y en 2006 denunciaron a la 40 por cobrar coimas para proteger a los talleres de la zona de Parque Avellaneda. Ahora la denunciarán de nuevo en vísperas de una movilización de talleristas contra la Defensoría del Pueblo que podría suceder hoy o el viernes. Por lo pronto, el comisario de la 40, Mario Rey, decidió tomarse una licencia por diez días.
Diario Popular, domingo 19 de julio
Bolsa de trabajo esclavo: por día reclutan a más de 1.000 inmigrantes
Está en el barrio de Soldati. Los buscan para talleres y obras en construcción
Bolsa de trabajo esclavo: por día reclutan a más de 1.000 inmigrantes
Por MAXIMILIANO F. MONTENEGRO
Son esclavos, sin derechos. Entran al país engañados por mafias que les prometen un futuro de oportunidades, bienestar y chances para sus familias. Vienen de Bolivia y Paraguay, y acá son utilizados por inescrupulosos para confeccionar vestimenta y zapatos en talleres bajo condiciones brutales; los llevan a construir mansiones en countries apenas por comida; o terminan carneando vacunos en frigoríficos sin cumplir ninguna normativa sanitaria. El “negocio” requiere diariamente de unos 1.000 seres humanos, que se ofrecen en plena Ciudad de Buenos Aires, en una virtual zona liberada conocida como la Bolsa de Trabajo Esclavo.
Cabe destacar que la situación no acaba de explotar, ni siquiera se trata de un fenómeno que lleva pocos meses, lo que representaría una adecuada justificación para las autoridades gubernamentales, judiciales y policiales. Ya en el año 2000, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires realizó un informe con más de 600 testimonios de personas esclavizadas. Lejos de solucionarse, el problema se acrecentó hasta alcanzar niveles intolerables.
En la actualidad, se calcula que son 30.000 los obreros esclavizados en la zona Metropolitana de Buenos Aires y alrededor de 1.000 los inmigrantes sin papeles (80% bolivianos y 20% paraguayos) que diariamente sirven de mano de obra ideal, por lo barata y efectiva, para decenas de “empresarios” de cualquier rubro. ¿Dónde los reclutan? En el barrio de Villa Soldati, en la intersección de las calles Cobo y Curapaligüe, funciona la Bolsa de Trabajo Esclavo. “Este lugar es una de las máximas vergüenzas de este país”, afirma, categórico, Gustavo Vera, de la asociación La Alameda.
Comenzar a investigar las características del asunto es descender al infierno. “En Cobo y Curapaligüe hay un movimiento cotidiano de unas 1.000 personas por jornada, pero pueden ser muchas más. En general, son personas que fueron ingresadas al país a la fuerza o mediante engaños desde Bolivia y Paraguay”, contó Vera.
El año pasado, La Alameda y el programa televisivo La Liga realizaron una trabajo periodístico abordando el tema, con cámaras ocultas. Allí, se mostró de manera cruda la realidad de estas personas. “Trabajan a tiempo completo, sin descanso. No tienen derechos, trabajan para comer. Muchos no cobran un centavo. Es realmente humillante, y lo peor es que ningún organismo oficial los protege. Al contrario, están vinculados a estas prácticas”, dijo Vera.
“Cuando los traen, al poco tiempo de estar esclavizados, muchos se rebelan y escapan. Pero no tienen a nadie para recurrir, entonces quedan a merced de los esclavizadores. Las opciones son dos: se someten o se dejan morir. Son personas en situación de calle, parias de la sociedad”, explicó el titular de La Alameda.
El “sistema” se constituye por varios eslabones. Uno de ellos, fundamental para sostener la estructura, está conformado por los “reclutadores”, personas que están cargo de talleres clandestinos de costura, trabajan para frigoríficos o cumplen esa función para grupos dedicados a la construcción en countries del conurbano.
“Estos personajes son siniestros, no tienen códigos. Se volvieron expertos en detectar a personas desesperadas y, al mismo tiempo, no dejan de lado las condiciones que tengan para el trabajo. Son pseudo empresarios, de nacionalidad boliviana, coreana o peruana, pero también hay argentinos”, contó Vera.
Para La Alameda, estas prácticas tienen directa relación con la ausencia absoluta de políticas de Estado para proteger a los ciudadanos esclavizados. “La Policía Federal mira para otro lado, el gobierno de la ciudad no hace nada y el gobierno nacional tampoco. Es una zona liberada. Saben lo que pasa, pero dejan que ocurra”, dijo Vera.
Una fuente policial, que trabajó en la zona de Cobo y Curapaligüe y fue trasladado meses atrás por pedido propio, reveló que “estas organizaciones trabajan de forma muy aceitada, cuentan con combis y camiones para trasladar a los trabajadores, y una vez que los captan tratan de retenerlos, aprovechando que son personas que no tienen techo, ni familiares, ni nada”.
Vera, en tanto, detalló que “en la zona metropolitana funcionan cientos de talleres, donde se aglutinan unos 30.000 esclavos, pero ante la falta de controles el problema sigue creciendo, entonces fue aumentando la cantidad de esclavos golondrina, hoy en el orden de las 1.000 personas, que diariamente pueden servir para obras en construcción, frigoríficos, talleres de calzado o textiles”.
“Se está descentralizando la instalación de talleres y otros lugares. Es que cuanto más lejos esté el lugar de Capital Federal, mayor impunidad se logra. Ultimamente, se llevan a la gente a construir mansiones en los countries, donde parece que funcionan otras leyes”, cerró Vera.
Molido a golpes por denunciar
Esta semana, Gustavo Vera y varios integrantes de la organización La Alameda concurrieron a la calle Lacarra al 900, en la Ciudad de Buenos Aires, denunciando la existencia de un taller textil donde se esclaviza a los trabajadores. Cuando estaban en el lugar, apoyando a los trabajadores que pretendían abandonar el taller, fueron atacados con salvajismo por unas 100 personas, vinculadas a la mafia de la Bolsa de Trabajo Esclavo. La denuncia se realizó en la comisaría 40ª, ubicada a dos cuadras del taller clandestino, pero hasta el momento no hay imputados. Por el caso, intervino Alicia Pierini, de la Defensoría del Pueblo porteña. La denuncia penal por el ataque a los costureros y militantes es el juzgado Correccional Nacional Nº 1, a cargo de Sebastián Radle, secretaría Nº 1 de Laura Soulo. Para tomar contacto con La Alameda, la asociación cuenta con un centro de encuentros en el barrio Parque Avellaneda, Directorio 3715, abierto de lunes a sábados de 10 a 18 horas. También pueden comunicarse al 4115-5071.
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